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Coitocentrismo: cuando el sexo sólo es bueno si hay penetración

¡Qué “palabros” tan raros usáis los psicólogos! ¿Qué narices es el coitocentrismo? ¿Es un nuevo movimiento religioso? ¿Es el último videojuego de moda? ¿Es una nuevo y nefasto invento tecnológico? Nada de eso, si queréis saber qué es, os lo contamos a continuación.

El coitocentrismo es la tendencia a valorar como necesidad la penetración durante un encuentro sexual. Es una tendencia a pensar que si no hay penetración es porque esto no ha sido realmente sexo o porque ha sido sexo de mala calidad. También puede haber una dependencia de la penetración para alcanzar el orgasmo. Esta tendencia puede darse en cualquier tipo de relación sexual (heterosexual u homosexual) y en cualquier tipo de persona.

Seamos sinceros, todes alguna vez cuanto hemos tenido una conversación en la que comentamos con alguien cuántas veces hemos tenido sexo en esa semana. Normalmente al echar la cuenta excluimos automáticamente situaciones de masturbación mutua, sexo oral u otras prácticas. Incluso podemos decir “¡Ay! ¡Llevo mucho tiempo sin follar”, cuando realmente llevamos muchos días teniendo otro tipo de encuentros sexuales igualmente válidos.  

Esto es algo muy importante, porque dar una importancia desmesurada a la penetración suele estar en la base de muchas dificultades sexuales. Por poner algunos ejemplos:

Disfunción eréctil: aparecen pensamientos en referencia a que si no consigo la erección no podré dar placer a la otra persona. Estos pensamientos me generan mucha ansiedad. La ansiedad es biológicamente incompatible con el disfrute sexual y muchas veces con la erección.

Vaginismo: Aparecen pensamientos en referencia a que si no consigo que la otra persona pueda penetrarme entonces no le podré hacer disfrutar. Estos pensamientos generan ansiedad. La ansiedad es biológicamente incompatible con el disfrute sexual y muchas veces con la distensión de los músculos de la vagina.

Patrones similares pueden ocurrir en otras dificultades como anorgasmia, eyaculación precoz, retardada o lo que se os pase por la cabeza.

¡Importante! No se trata de demonizar el coito. Lo importante es estar informado, saber cómo funciona y qué implicaciones tiene. Puede ocurrir que nos sintamos cómodos valorando así los encuentros sexuales y dando esa posición de relevancia a la penetración. También puede ocurrir que nuestra vida sexual y la de nuestras parejas sexuales vaya perfecta. Pues oye, entonces adelante. Si algo funciona bien, ¿para qué vamos a cambiarlo?

Por otro lado, si esto supone un problema y quieres solucionarlo o si simplemente quieres dar variedad y frescura a tu vida sexual, continúa leyendo, porque te damos algunas pautas.

Lo primero es conocerse y explorarse. La piel es el órgano más grande que tenemos y través del cual recibimos un montón de sensaciones. Sin embargo, tendemos a dejarla de lado e ir sólo a los genitales y a la penetración.


Conocer nuestro cuerpo

Si siempre te masturbas de la misma forma, en el mismo lugar y en los mismos momentos, ¡cambia! Puedes cambiar el lugar, la mano con la que lo haces, la postura, tocar todo tu cuerpo antes, durante y después, etc. Recuerda, el siglo XXI es maravilloso y tenemos un montón de juguetes sexuales y algunos son muy económicos. Rompe la hucha y date un caprichito.


Explorar el cuerpo de nuestra pareja sexual (o parejas)

En pareja una buena pauta también es ¡cambia! Podéis quedar un día y durante ese encuentro daros placer sexual, pero prohibiendo la penetración, para animaros a descubriros de otras formas. Incluso podéis prohibir tocar los genitales, para animaros aún más a jugar con el resto del cuerpo y explorar cada rincón. ¡Podéis probar todas las variantes que queráis! Incluso podéis hacerlo por turnos, poniendo un cronómetro de unos 10 o 15 minutos, en los que uno de la pareja sea el que explore y otro el que reciba y disfrute. Cuando el tiempo termine, cambiad los roles.

Lo más importante es que al terminar este encuentro os comuniquéis, os deis feedback. Es relevante decir el qué no nos ha gustado, pero muchísimo más importante es decir lo que sí nos ha gustado y pedir a la persona que lo repita en futuras ocasiones. 

Por último, recordad, aunque no haya habido penetración podéis contar a vuestres amigues que esa tarde habéis follado de forma loca y apasionada. Porque esto también es follar. 

Si experimentas dificultades sexuales o simplemente quieres aprender a disfrutar más de tu sexualidad, no dudes en solicitar ayuda profesional. ¡Estaremos encantades de ayudarte!


Rafael Gil Ortega

Psicólogo general sanitario colegiado con número M-36161. Graduado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y máster en Psicología General Sanitaria por la misma universidad. Actualmente estoy cursando el doctorado, en el seno del cual investigo los procesos de comunicación y cambio de actitudes, así como la influencia del perfeccionismo sobre los mismos. Compagino todo esto con labores de docencia en el Grado de Psicología de la UAM, donde imparto materias de perfil social.


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