Cómo afrontar una entrevista de trabajo (parte II)
Cómo vimos en la primera parte de ¿Cómo afrontar una entrevista de trabajo?, las entrevistas de trabajo son una fuente de incertidumbre, ansiedad y sufrimiento. Concretamente, hay una pregunta que se repite hasta la saciedad “Dime 3 cualidades y 3 defectos que te definan” y que nos tiene durante horas buscando en blogs de Google. Además, normalmente las búsquedas sólo nos llevan a “soy demasiado perfecto”, frase que encajaría más en el reality de las Kardashian que en una entrevista de trabajo.
Por suerte, en Libertia Psicología contamos con un experto en comunicación y persuasión para ayudarnos a lidiar con este suplicio. A continuación, algunos tips.
Cómo responder a la maldita pregunta
En primer lugar, tenemos que saber que no hay una forma buena de responder a esta pregunta. De hecho, normalmente quien la hace ni siquiera tiene idea de qué busca evaluar. Aunque es un buen momento que podemos aprovechar para aumentar nuestro atractivo social como vimos en la primera parte del post.
Cualidades
En primer lugar, nos os cortéis. Que no os de miedo mostraros demasiado “engreídos” o “presumidos”. Si os han preguntado por vuestras cualidades, este es el momento de lucir las plumas como un buen pavo real. Dejad la humildad para otro momento.
Intentad no quedaros en palabras amplias y ambiguas cómo “soy resolutivo” al contrario, operativizadlo en conductas concretas. Antes de la entrevista, buscad ejemplos de situaciones laborales del pasado en las que hayáis sido resolutivos o resolutivas. Por ejemplo, quizá surgió un problema con un cliente que nunca antes había pasado y lo resolvisteis o solucionasteis un conflicto entre compañeros aportando ideas nuevas. Si nunca antes habéis trabajado, podéis contar experiencias en los grupos de trabajo de los estudios o incluso experiencias de vuestra vida cotidiana. Lo importante es ser concretos y que el técnico de selección vea que no os quedáis en frases que habéis leído en un felpudo antes de ir a la entrevista. Si no tenéis ejemplos, os los podéis inventar, no se van a enterar. Lo importante es tenerlos preparados antes de la entrevista y anticipar los detalles que os pueden pedir.
Una cualidad que, generalmente, suele ser muy valorada es la de crear buen clima y un ambiente de trabajo agradable. Por lo tanto, vendeos como personas simpáticas, agradables y que saben gestionar los conflictos con asertividad. Vuestros méritos ya los han leído en el curriculum, probablemente ahora lo que quieran saber es si vais a encajar bien en el equipo de trabajo.
Defectos
Esta suele ser la pregunta que más nos cuesta prepararnos. ¿Qué puedo decir que no sea tan horrible como para que no me contraten?
No es tan importante qué defecto digamos, si no que digamos qué conductas hacemos para intentar corregirlo. Ejemplos de esto puede ser “Odio el papeleo y la bucrocracia, por lo tanto, lo hago a primera hora del día para quitármelo de encima”, “A veces me cuesta decir que no, por eso procuro crear un clima de confianza desde el principio” o “Tengo poca experiencia aún, por lo que procuro seguir aprendiendo con cursos de formación”. Por comparación, las conductas positivas, al ser mostradas tras un argumento negativo, parecerán aún más positivas. Además, ¡mostraremos proactividad!
Lo mejor es que los defectos no se enfoquen hacia rasgos de personalidad (que se perciben como no modificables) si no hacia conductas (que se perciben como modificables). Además, también suele ser útil enfocarlo a aspectos concretos del puesto de trabajo y no a aspectos de nuestra forma de ser. Por ejemplo, si aspiro a un puesto de programación podría decir “A día de hoy mi punto débil es que no sé programar en lenguaje PHP, pero estoy haciendo un curso para mejorarlo”. Si aspiramos a ser bibliotecarios podríamos decir “Al principio me suele costar hacerme con el sistema operativo, por lo que los primeros días voy con mi agenda para anotar todos los pasos de los distintos procesos”. De nuevo, os animamos a poner ejemplos específicos y si son referidos a situaciones laborales previas aún mejor.
Por último, no hay que batir un Records Guinness de defectos, si no nos dicen un número específico con 3 es más que suficiente.
No os preocupéis porque haya algún silencio entre la pregunta del técnico y vuestras respuestas. De hecho, os ánimo a decir “dame unos segundos para pensar, porque no me había planteado esto así hasta ahora”. Verán que os preocupáis por responder bien, en lugar de guiaros por la ansiedad y dar una respuesta rápida y atropellada. Además, ¡Conseguiréis tiempo para pensar!
Esperamos que os hayamos dado ideas útiles en este post. Atención porque en breve publicaremos una tercera parte sobre cómo enfrentar una entrevista de trabajo, ¡no os lo perdáis!
Sigue leyendo la tercera parte de este post acerca de cómo hacer frente a la ansiedad en la entrevista de trabajo.
Rafael Gil Ortega
Psicólogo general sanitario colegiado con número M-36161. Graduado por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM) y máster en Psicología General Sanitaria por la misma universidad. Actualmente estoy cursando el doctorado, en el seno del cual investigo los procesos de comunicación y cambio de actitudes, así como la influencia del perfeccionismo sobre los mismos. Compagino todo esto con labores de docencia en el Grado de Psicología de la UAM, donde imparto materias de perfil social.