Reseña del VIII Congreso del SAVECC (Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento)

No hay nada mejor para celebrar la llegada del otoño que asistir, un año más, al Congreso de la Sociedad para el Avance del Estudio Científico del Comportamiento (SAVECC). Este año se ha celebrado los días 3, 4 y 5 de octubre en Madrid y ha sido un lugar de encuentro entre la Psicología científica básica y la Psicología científica aplicada. Aunando puentes entre ambas vertientes, cada año se reúnen grandes figuras del análisis de conducta para debatir y profundizar sobre los últimos hallazgos científicos del momento, así como sobre las perspectivas de futuro y posibles líneas de investigación.

La organización del Congreso SAVECC este año ha sido llevada a cabo por el grupo de investigación ACOVEO (grupo de investigación para el análisis de la conducta verbal en contextos clínicos con metodología observacional) liderado por nuestra mentora María Xesús Froxán y del que forma parte nuestra psicóloga Elena Gálvez.

Elena participó en la elaboración de varios de los trabajos presentados en formato de comunicación oral y póster sobre diferentes temáticas (“Empatía y simpatía en contextos clínicos”, “¿Implica el análisis de conducta un régimen autoritario?”, “¿De qué hablamos cuando hablamos de mindfulness?”).

No podíamos perdernos la oportunidad de acudir y empaparnos de las novedades científicas de este último año, de la mano de figuras de gran relevancia en el panorama científico actual como Marino Pérez (Catedrático de la Universidad de Oviedo), Mariana Segura, Ricardo Pellón (Catedrático de Psicología Básica de la Universidad Nacional de Educación a Distancia) o Héctor Martínez y Julio Varela (ambos profesores e investigadores de la Universidad de Guadalajara en México), entre otras muchas.

 

Conductismo, ¿qué hemos aprendido acerca del comportamiento humano y para qué ha servido? (Mariana Segura)

En esta conferencia la ponente realizó una extensa revisión de la situación de la Psicología clínica en las últimas décadas. Desde el análisis de conducta se asume que todo lo que hacemos, pensamos o sentimos se rige bajo los mismos principios de aprendizaje, y ese es justo el objeto de evaluación y modificación que encontramos en terapia. Desafortunadamente, nuestra tradición filosófica y cultural ha tenido un fuerte impacto a la hora de concebir al ser humano como la conformación de dos realidades: una material y otra inmaterial (la mente). El problema se generó al dotar a esta supuesta mente de la capacidad de dirigir nuestro comportamiento, concibiendo al ser humano como mero sujeto pasivo ante esa serie de voluntades internas que dirigían su conducta, incluidos sus pensamientos y emociones.

Con el paso de los años, se empezó a estudiar el cerebro y sus funciones y pasó a considerarse este como la causa de nuestra conducta observable, pensamientos y sentimientos. Esta concepción cerebrocentrista ha desviado y desvirtuado el objeto de estudio de la Psicología, llevando nuevamente a dar explicaciones circulares a los problemas psicológicos: “tiene depresión porque está triste y está triste porque tiene depresión”. Este tipo de categorías no ayudan a explicar por qué la gente se comporta como lo hace ni a modificar nuestra conducta cuando nos está generando un problema, algún tipo de sufrimiento, cuando no nos estamos adaptando bien al contexto, etc. En definitiva, nos dicen poco de cómo ayudar a las personas en el contexto clínico.

Asimismo, Mariana Segura quiso transmitirnos un mensaje contundente: la necesidad de explicar, desde la Psicología (que debe ser necesariamente científica), aquellos aspectos relevantes de la sociedad actual. Estamos en la era de la tecnología y sabemos que con un solo click del ratón de nuestro ordenador podemos acceder a casi cualquier tipo de información. Y es necesario que las personas puedan acceder a explicaciones científicas y rigurosas del comportamiento humano en ámbitos como la ecología, la política o las propias redes sociales.

 

Aportaciones del condicionamiento clásico al estudio del lenguaje (Víctor Estal, José Manuel Campo e Isabel Ávila) 

Esta conferencia nos trasladó a la vertiente aplicada de la Psicología con una reflexión inicial que nos dejó de piedra: la necesidad de entender “cómo el lenguaje puede explicar el sufrimiento humano”. Y para ello, la importancia de estudiar científicamente cómo se adquiere el significado emocional de las palabras. Desde la Psicología clínica esto es especialmente relevante porque trabajamos en un contexto que es eminentemente verbal: la consulta clínica. Aquí es donde cobra especial relevancia entender cómo se puede modificar el comportamiento de alguien utilizando el lenguaje como herramienta. Víctor Estal hizo una extensa revisión de los hallazgos más relevantes hasta el momento desde una perspectiva crítica y rigurosa, sembrando nuevas preguntas encaminadas precisamente a comprender el papel que tienen las emociones en el significado de las palabras que utilizamos. Estaremos especialmente atentas a las respuestas que vayan encontrando.

Moldeamiento verbal durante la interacción psicoterapéutica: un análisis experimental del debate socrático (Rebeca Pardo, Javier Virués, María Guerrero y Ana Calero) 

De la mano de la gran oradora Rebeca Pardo, nos hemos adentrado, una vez más, en la necesaria labor que supone desentrañar qué procesos de aprendizaje subyacen a las técnicas terapéuticas que utilizamos los psicólogos en nuestro quehacer clínico diario. La reestructuración cognitiva es una técnica que ha sido y es extensamente usada en terapia, si bien todavía quedan muchas preguntas por resolver sobre cuáles son los mecanismos que se ponen en marcha cuando se utiliza. Y dar respuesta a este tipo de preguntas es fundamental para poder hacer un uso adecuado de esta herramienta y adaptado al cliente.  

Mediante un diseño experimental, Rebeca nos muestra cómo aquello que se conoce como reestructuración cognitiva es fruto de un moldeamiento que realiza el terapeuta de las verbalizaciones que emite el cliente en sesión, modificando progresivamente esas verbalizaciones irracionales o desadaptativas, por otras que sean más adaptativas. No obstante, como sucede habitualmente en la Ciencia, la respuesta de una pregunta abre la puerta a muchas preguntas más que esperamos podamos ir respondiendo pronto.

Empatía y simpatía en contextos clínicos (Tommy Norheim, Natalia Andrés, Elena Gálvez y Ricardo de Pascual) 

Si hay un término que los psicólogos escuchamos sin parar a lo largo de nuestra formación es el de empatía. Empatía como habilidad terapéutica que uno debe poner en marcha. Sin embargo, un problema con el que nos encontramos muchas veces es la dificultad a la hora de operativizar a qué nos referimos cuando hablamos de empatía, qué conjunto de conductas de todas las que ponemos en marcha en terapia se corresponden con aquellas que denominamos “empáticas”. Otra duda que surge inevitablemente es, ¿cuándo ponerlas en práctica? Para dar respuesta a esta pregunta, es importante entender que el contexto clínico es un contexto más en la vida del cliente, y es precisamente en él donde se ponen en marcha una serie de principios de aprendizaje con la finalidad de modificar las conductas que estén ocasionando malestar a nuestros clientes. Entendemos, además, que la empatía que pueda experimentar un terapeuta aglutina todo un conjunto de conductas: desde las relativas a la propia respuesta emocional del terapeuta, a la comprensión de cómo se está sintiendo el cliente o a la expresión verbal o no verbal de cómo se puede estar sintiendo.

Siguiendo esta línea, la labor de un psicólogo clínico debe ser, en todo momento, analizar y explicar el efecto que va a tener su conducta en el cambio conductual que se persigue en el cliente, poniendo en marcha los procesos de aprendizaje que sean necesarios. Esto significa que, en función del cliente, de la conducta problema y del objetivo terapeútico, a veces podrá ser adecuado expresar “empatía” pero a veces no; otras veces la propia respuesta emocional del terapeuta podrá facilitar la consecución de los objetivos terapéuticos, y otras veces podría dificultar de alguna manera dicha consecución. Si hay una conclusión clara de esta ponencia es la siguiente: todo dependerá del análisis funcional del caso.

 

Análisis de conducta y sociedad (ACOVEO, siendo los ponentes Jesús Alonso, Ricardo de Pascual, Gladis Lee, Carolina Trujillo e Isabel Ávila) 

Este simposium presentado por Jesús Alonso-Vega, que partió de expectativas muy altas por levantarnos a todos de la cama un sábado a las 8 de la mañana, cumplió con creces lo que esperábamos. Y es que los psicólogos, como analistas de conducta, podemos y debemos ayudar a explicar muchos de los problemas actuales de forma científica participando, de esta forma, en la elaboración y puesta en marcha de las soluciones.

Ricardo de Pascual explicó la importancia de abordar el estudio del género desde el análisis de conducta debido a la relevancia social y política de esta cuestión y a la necesidad de aportar claridad técnica y metodológica a este ámbito, aprovechando que además está bastante aceptado que el comportamiento relativo al género es aprendido y por tanto moldeable, tal y como se defiende desde el análisis de conducta.

Gladis Lee hizo un recorrido histórico recordando que diversos psicólogos han asociado el Conductismo con modelos políticos conservadores. Este planteamiento asume que el individuo no es libre en la medida en la cual está siendo controlado por el Estado, pero ignora que, tal y como planteó Skinner, todos controlamos y somos controlados por lo que si no se ejerce el control desde una instancia se permite que sea ejercido por otras. Concluyó que análisis de conducta es una Ciencia y que, como tal, no se adscribe a ningún sistema político o de valores concreto.

Isabel Ávila explicó que tradicionalmente las conductas pro-medioambientales se han explicado por medio de las actitudes, que no son más que etiquetas que resumen conductas que a su vez deberían ser explicadas. Un análisis funcional muestra dos enfoques de intervención: uno basado en los antecedentes (p. ej., carteles, programas educativos, diseño ambiental…), de dudosa eficacia, y otro basado en los consecuentes (feedback o manipulación de las contingencias), que sí han mostrado eficacia. La conducta pro-ecológica tiene un coste de respuesta mayor que la anti-ecológica y con frecuencia es extinguida, cuando no directamente castigada, además de que sus beneficios se observan solo a largo plazo, todo lo cual dificulta su adquisición y mantenimiento. Realizó propuestas como el uso de “reforzadores sostenibles” o la educación medioambiental como medio para condicionar apetitivamente este tipo de comportamiento.

Carolina Trujillo explicó que los entornos virtuales están muy estudiados para generar unas determinadas respuestas y que generan una serie de contingencias que modifican nuestro comportamiento. Es necesario hacer un análisis del usuario que las consume así como del propio sistema. En Redes sociales emitimos respuestas que están reforzadas de manera inmediata con un coste muy bajo, y que compiten por tanto con respuestas más costosas (p. ej., deporte). Se da además un proceso bidireccional de moldeamiento entre los usuarios y las redes, lo cual provoca que se presenten estímulos a medida que se convierten en discriminativos óptimos (mensajes sencillos, ilustrativos y muy accesibles). Debemos recordar además que en las Redes el usuario no solo es el consumidor sino también el creador del contenido.

¿Qué nos importa Skinner hoy, treinta años después? (Marino Pérez Álvarez) 

Marino Pérez realizó una excelente conferencia de clausura, mostrándonos cómo la Psicología es una Ciencia joven que requiere todavía de mucha investigación, y por el camino ha adolecido (y posiblemente seguirá adoleciendo si no hacemos algo para cambiarlo) de los problemas que han presentado otras Ciencias durante su crecimiento y maduración. Varios son los aspectos que han llevado a la Psicología a desviarse del camino científico: por un lado, la influencia de otras ramas de la Ciencia como la Psiquiatría o la Filosofía (tal y como comentaba Mariana Segura en su conferencia) dando lugar a explicaciones dualistas o mentalistas; pero también la falsa creencia de que, si es más nuevo, es mejor. Y es que la Ciencia no funciona así, no entiende de modas. Ejemplos de ello son, precisamente, teorías o marcos teóricos que pretenden conformarse como soluciones y respuestas nuevas pero que se pueden explicar mediante los mismos principios de aprendizaje que se estudiaron a lo largo del S.XX de forma mucho más precisa y parsimoniosa.

Durante este congreso, además, hemos tenido la suerte de contar con la participación de una gran profesional del periodismo que nos ha aportado muchísimo a lo largo de este último año. Una persona cuya labor de divulgación ha sido como un rayo de luz para los analistas de conducta. Su mensaje ha sido claro: tenemos que hacer algo, tenemos que defender la Psicología científica. Hasta tal punto se ha comprometido, que fue una gran impulsora de la lucha contra las pseudoterapias presentada al Colegio Oficial de Psicólogos recientemente mediante la iniciativa Carta al COP en la que participa nuestra psicóloga Irene. ¡Muchas gracias Olga Ayuso por todo, por tu programa Las Perras de Pavlov, por implicarte tantísimo, por tus consejos para difundir mejor nuestro trabajo y por compartir con nosotros este pequeño mundo que esperamos, con tu ayuda, pueda ir creciendo!

Desde Libertia Psicología no podemos estar más emocionadas de haber podido asistir a este VIII Congreso SAVECC como parte de nuestros esfuerzos de formación y actualización continuas. Nos queda como conclusión de este encuentro la importancia y el deber que tenemos como disciplina científica de seguir investigando para comprender mejor la conducta humana, de mejorar el análisis que hacemos en la clínica psicológica y de aspirar a ser cada vez más rigurosos.


Elena Gálvez Delgado

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Psicóloga general sanitaria colegiada con número M-34545. Licenciada por la Universidad Autónoma de Madrid (UAM), máster en Psicología General Sanitaria por la Universidad Complutense de Madrid (UCM) y Máster en Terapia de Conducta por el Instituto Terapéutico de Madrid (ITEMA). Miembro del grupo de investigación Acoveo.


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