1. Esperar a tener ganas para hacer las cosas
Casi todos hemos pasado por etapas en las que nos hemos sentido apáticos, desanimados y sin ganas de hacer nada (ni trabajar, ni hacer tareas domésticas, ni ver a nuestros amigos, ni siquiera dedicarnos a nuestras aficiones).
Cuando esto sucede, con frecuencia nos instalamos en la pasividad, a la espera de que “mágicamente” vuelvan las ganas de hacer cosas, como quien está esperando a que se pase la gripe y todo vuelva a la normalidad.
Desgraciadamente, esta actitud solo empeorará la situación: primero hay que hacer las cosas para que volvamos a tener ganas de hacerlas. Retomarlas poco a poco hará que vuelvan a recuperar el “color” y el atractivo que tenían. SIGUE LEYENDO
Contenidos relacionados
Suscríbete a nuestro boletín mensual
Featured

Reseña del VII Congreso del SAVECC