Educar a los hijos y de ayudarlos en el proceso de convertirse en adultos sanos, felices y autónomos es una de las tareas más complejas y desafiantes a las que se enfrentan muchos padres. Además, con frecuencia tienen que compaginarla con una exigente vida laboral o dificultades personales y familiares. El bombardeo de información y consejos, muchas veces contradictorios, sobre cómo educar a los hijos, complica aún más esta labor.

Cada niño y cada familia son diferentes y, por tanto, lo que sirve para unos no siempre será lo más indicado para otros. Por ello, cuando sentimos que alguna faceta de la educación o el desarrollo de nuestros hijos nos desborda o tenemos dudas sobre cómo manejar ciertos temas, pedir ayuda profesional puede ser la opción más indicada. Esto nos permitirá aprender a relacionarnos mejor con nuestro hijo y ayudarle a superar sus desafíos con éxito, manteniendo una buena convivencia familiar.

Algunos de los temas por los que los padres suelen pedir ayuda u orientación con más frecuencia son:


Sueño y alimentación

Estas son dos de las primeras preocupaciones que surgen desde los primeros meses de vida y que se mantienen hasta la adolescencia. Tanto el sueño como la alimentación son dos de los pilares esenciales en la salud de los hijos. Por ello, cuando fallan preocupan mucho a los padres. Si a esta situación se suman los llantos o la irritabilidad de los pequeños así como las pocas horas de sueño de los padres, es normal que estos se sientan desbordados e intenten probar muchas soluciones, a veces sin éxito. Un profesional, precisamente por ser una persona objetiva y que conoce los procesos biológicos y psicológicos implicados en el sueño y la alimentación, puede asesorarte acerca de cuál es la manera más eficaz de solucionar estas dificultades para que tu hijo se desarrolle de manera sana y segura.


Control de esfínteres

El momento de retirar los pañales suele ser muy anticipado por los padres por ser un hito que evidencia madurez por parte del niño, aunque también puede convertirse en una fuente de complicaciones si no se desarrolla con normalidad. En ocasiones, surgen dificultades durante el día, haciendo que el niño no controle el pis o la caca en la escuela o con otras personas. Esto puede ser muy disruptivo y generar ansiedad en el niño y en sus padres, preocupados por las reacciones que puedan tener los profesores, los amigos, otros familiares, etc. En otros casos las dificultades surgen en casa, habitualmente por la noche, ya que el niño no consigue controlar su cuerpo mientras está dormido, con lo que muchos padres recurren a volver a poner el pañal, retrasando el aprendizaje de esta esencial habilidad, o se ven sometidos a un interminable ritual de limpieza y cambio de sábanas. Aprender a controlar los esfínteres, por simple que parezca, requiere el encadenamiento de un complejo repertorio de habilidades. Un profesional puede ayudarte a identificar en qué parte o partes del proceso se encuentran las dificultades y a ponerles solución, para evitar que este problema tenga un impacto en vuestra vida familiar, en la autoestima de tu hijo y en sus relaciones sociales y su autonomía.


Problemas de aprendizaje

Otro de los temas que más suelen preocupar a los padres son las dificultades de sus hijos para desenvolverse en el contexto académico y realizar aprendizajes significativos. Estas dificultades suelen ser detectadas por el propio centro escolar, aunque en ocasiones son los padres quienes se alarman ante los malos resultados de sus hijos o sus dificultades para hacer los deberes o recordar lo aprendido. En estos casos, conviene realizar una evaluación detallada para averiguar cuáles son las dificultades concretas que está teniendo el niño o adolescente (p. ej., falta de motivación por el aprendizaje, hábitos o técnicas de estudio inadecuados, problemas de atención, dificultades con la lectura o con los cálculos matemáticos, etc.) y desarrollar las estrategias concretas que permitan ponerles solución.


Problemas de comportamiento

Los comportamientos disruptivos o inadecuados de los niños y adolescentes son uno de los problemas más frecuentes en la clínica psicológica infanto-juvenil, debido a la gravedad que tienen algunas de estas conductas y a cómo interfieren en el funcionamiento normal del niño o adolescente y de la familia en general. Los niños más pequeños pueden tener rabietas excesivas, conflictos con los hermanos, pegar o desobedecer a los padres… Los más mayores pueden mostrarse desobedientes con las instrucciones de sus padres o profesores, ignorar las normas del entorno e incluso llegar a incurrir en comportamientos más peligrosos o ilegales, como el consumo de ciertas sustancias, lo cual genera una gran alarma en la familia. Debido a la preocupación que generan estas situaciones, y a lo complejo que es manejarlas, muchos padres no saben cómo hacerles frente, y acaban sintiéndose frustrados al comprobar que sus estrategias no terminan de surtir efecto o incluso en algunos casos parecen empeorar la situación. Un profesional podrá hacer un análisis objetivo y personalizado del caso y proporcionarte estrategias sistemáticas para conseguir que, poco a poco, los conflictos y comportamientos inadecuados se vayan reduciendo y mejore la convivencia familiar.


Bajo estado de ánimo, ansiedad, dificultades sociales, mutismo, tartamudeo, tics…

En ocasiones, los niños y adolescentes, al igual que los adultos, tienen dificultades para regular sus emociones o para hacer frente a los desafíos de su día a día (a relacionarse con sus amigos o compañeros, a asumir cambios o dificultades familiares como la separación de los padres o el fallecimiento de un ser querido, exámenes o cambios de colegio…). Esto puede generarles emociones negativas y difíciles de manejar, ya sean tristeza, nerviosismo, irritabilidad, preocupaciones recurrentes… Además, esto puede dar lugar a otras consecuencias como pueden ser tics, dificultades para relacionarse con otras personas de su edad, mutismo o dificultades para dirigirse verbalmente a otras personas… Un profesional puede ayudarte a identificar cuáles son las fuentes de estas dificultades, entrenar al niño o adolescente en las habilidades o estrategias necesarias para enfrentarse con éxito a sus desafíos cotidianos y enseñarte a reaccionar de la manera más adecuada ante estas dificultades y a comprender a tu hijo.


Problemas del desarrollo

En algunos casos, los padres observan que sus hijos no alcanzan los hitos que serían esperables a su edad, ya sea en su desarrollo motor, en su comunicación o lenguaje, en su capacidad para resolver problemas o responder a estímulos novedosos… En algunos casos, algunos comportamientos de los niños pueden alarmar a los padres por ser infrecuentes, propios de niños más pequeños o por cualquier otro motivo. Si bien algunos de estos comportamientos pueden ser normales y pasajeros, o resolverse realizando ciertos cambios en el entorno, en otros casos pueden ser signos de un retraso en el desarrollo y requerirán una atención profesional intensiva y especializada. En estos casos, es esencial realizar una detección e intervención lo antes posible. En Libertia Psicología no somos especialistas en este tipo de dificultades, aunque sí podemos evaluar si hay indicios que deban preocuparos y, en tal caso, derivaros a profesionales especialistas y altamente cualificados.


Si observas alguna de las dificultades anteriores en tus hijos o cualquier otro problema que te preocupe con respecto a su desarrollo o a su adaptación social, familiar o escolar, no dudes en contactarnos y te ayudaremos a resolverlo.

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